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domingo, 22 de junio de 2008

REINVENTEMOS EL LIDERATO POLITICO DOMINICANO

Nuestros partidos están todavía influenciados por el pensamiento del caudillismo, es como si quisiéramos estar aferrados a los tiempos del pasado reciente o a las épocas de nuestras luchas independentistas y restauradoras que es de donde deviene esta práctica anquilosante.

El caso más elocuente nos los ha ofrecido el presidente doctor Leonel Fernández, con su línea imponente en su partido y su reivindicación del pensamiento y accionar de la concepción balguerista del Poder.

Nuestro liderato nacional debe romper con la tradición caudillista y los esquemas del pasado, como única formula de sacudirnos al miedo al cambio. Muchos pensamos que con la desaparición física de los grandes caudillos del siglo pasado, se darían indicios que nos marcararían la ruta a seguir para transformarnos y lograr el desarrollo económico, educativo, administrativo y político.

Pero no ha sucedido así, porque para que el cambio se dé tiene que avizorarse en la sociedad el surgimiento de un líder, que es el que suscita el cambio y el que promueve el rompimiento con los esquemas y las tradiciones del pasado.

Se pensó que ese podía ser Leonel Fernández pero él, con su comportamiento de "mover la misma llanta desgastada, poniéndole parcho cuando revienta y retocándola con un brillantador para eu luzca como nueva", alejó esa oportunidad que se le presentó.

La República espera por un líder con un "sueño", que aglutine a los dominicanos, que tenga un equipo de hombres y mujeres con talento que lo acompañe en todo el proceso de cambio. Si observamos los procesos de transformación, el desarrollo económico y el mejoramiento de la calidad de vida de paises como China, Singapur, Corea, Malasia y otros de Norte de Europa como Finlandia, Irlandia, etc., han tenido un líider que ha roto con los viejos esquemas del Poder.

Nuestro lederato político no genera cambios porque se aferra a las fórmulas que han fracasado en el pasado. Hay que empesar cambiando radicalmente nuestro modelo educativo, porque no podemos pretender insertarnos en la sociedad de la tecnología y el conocimiento con alumnos que no saben leer ni escribir. Eso es una irresponsabilidad. No basta con anuncios que dan la apariencia de que "'e pa lante que vamos". Nos gobiernan con proyectos irreales que solo se basan en técnicas de mercadeo.

Nuestros políticos deben pensar en largo plazo, no solo en cada cuatro años, deben dejar de ser esclavos de las encuestas, de los grupos de presión. Solo viven obsesionados en mantener su popularidad, y ahí pierden, se diluye su liderato.

Dejemos el pasado, no podemos seguir con el modelo político y económico de hace cincuenta años, cuando no existía el correo electrónico, el celular, la televisión de satélite, ni la globalización, por ello decimos que tenemos que repensar nuestros gobiernos. Y lo más importante, debemos reinventar el liderato político, social y económico dominicano

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