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viernes, 24 de octubre de 2008

EL AYUNTAMIENTO DE SANTIAGO Y "PACTO EN LA SOMBRA"

EL AYUNTAMIENTO DE SANTIAGO Y “PACTO EN LA SOMBRA”

Por Fernando Peña

Nadie, absolutamente nadie, a menos que esté henchido de adversidad ciega o atrincherado en una oposición rabiosa al Síndico de Santiago, José Enrique Sued, puede negarle la realización de obras, asistencias a los barrios, urbanizaciones y campos de la otrora ciudad mas limpia del país.

Para el logro de ese objetivo, para mantener la gobernabilidad en el Ayuntamiento de Santiago, el Síndico ha tenido que acceder a propuestas indecentes en término político, porque la gran mayoría de regidores de la Sala Capitular se mueven por sus particulares intereses políticos, y algunos por alcanzar beneficios personales. Afortunadamente, no son todos.

Y ello se ha dado así, porque no existe un respeto, una correspondencia, de esos que ocupan escaños en los Cabildos, con los ideales, los principios y los estatutos de los partidos que representan.

Lamentablemente los que llegan a ocupar esos puestos, en su gran mayoría, no obedecen a criterios de programas, a principios políticos, porque todavía en nuestras organizaciones políticas esos clanes administran la voluntad de sus zonas, sus regiones o demarcación electoral.

Con la experiencia vivida en las elecciones municipales y congresuales pasadas, con lo vivido después que el PRD refrendara su apoyo a la candidatura a Sindico de José Enrique Sued , las bases, la gente buena con vocación de servicio de esa organización debe reflexionar.

Porque el PRD, los partidos políticos no pueden seguir premiando, aupando dirigentes, ciudadanos que los utilizan para sus particulares intereses, y algunos para impulsar negocios personales.

Y lo lamentable de todo es que lo hacen ante la indiferencia y muchas veces los padrinazgos de la cúpula de los partidos.

Y eso parece es lo que ha pasado en Santiago.

José Enrique ha hecho una labor aceptable, pero ha cometido yerros imperdonables, deficiencias innecesarias, ante la mirada cómplice de esos regidores.

No tienen la autoridad moral para asumir una actitud crítica al ejecutivo municipal y sus realizaciones impropias, porque han actuado como si fuesen cooperativas; han hecho “pacto en la sombra” con el Síndico.

Se han repartidos cuotas y montos mensuales de “nominillas” del municipio. Lo han hecho incluso contrariando directrices y mandatos de los organismos municipales y provinciales del PRD.

Así se diluyó lo que podía haber sido un buen arreglo estratégico con el incúmbete municipal para lograr objetivos que beneficiaran a los barrios y demarcaciones que esos regidores representan en la Sala Capitular. Pero, con una orientación de partido, unificada y clara.

Ello también es un reflejo de lo que pasa, de las diferencias existentes en la cúpula del PRD, entre los mandos de dirección municipal y provincial.

Que no me digan que mis observaciones públicas son imprudentes. No. Ya estas cosas no pueden manejarse en secreto partidario. Hay que desnudarla, para que tengan el látigo de la crítica, y quizás así puedan cambiar. Estas cosas no pueden seguir siendo aupada ni tapada por los partidos. La esencia ética hay que llevarla a los partidos.

El PRD necesita cambiar, disciplinarse, sancionar y sacar de sus filas a los que no se acogen a las directrices y orientaciones de sus mandos de dirección municipal y nacional.

¿Es ético, es correcto que regidores y dirigentes del PRD en Santiago, luego del triunfo de José Enrique Sued, hayan hecho una red de pactos, relaciones y tratos oscuros en el Cabildo?
Hasta cuándo seguirá el festín?

El autor es periodista
Frontera25.blogspot.com

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