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jueves, 23 de octubre de 2008

LAS DROGAS QUE NOS CAEN DESDE EL CIELO

LAS DROGAS QUE NOS CAEN DESDE EL CIELO (I)
www.dominicanhoy.com
Por: Ramón Pérez Reyes


Siete colombianos fueron acribillados el pasado cuatro de agosto.

Como si se tratara de otra historia dentro de la misma novela; las autoridades realizan una investigación diferente a la versión oficial que se dio sobre el asesinato de siete colombianos ocurrida en la comunidad de Paya, Baní, el pasado cuatro de agosto.

A pesar de que la Policía Nacional ofreció una rueda de prensa el pasado fin de semana donde señaló al capitán de fragata Ricardo Rafael Guzmán Pérez como el jefe operativo de la matanza, otra versión, de la cual DominicanosHoy.com fue enterado, da cuenta que la misma fue planificada en la ciudad de Santiago de los Caballeros por un "escuadrón de cobradores" que actuó bajo las órdenes del líder de un cartel de drogas radicados en el caribe colombiano.

Según la versión, la historia se inició cuando una embarcación que salió desde Colombia con mil 320 kilos de cocaína con destino a Guatemala sufrió un desperfecto mecánico en el Mar Caribe y fue arrastrada a unas 180 millas náuticas de las aguas territoriales dominicanas.

El dueño de la droga, que conocía de la residencia en las costas del suroeste dominicano, de Fabio Gutiérrez (Caña), el verdadero nombre de Darío José Atencio Vargas (El Don), hizo contacto con este para que se la recibiera y se la estuviera "a salvo". Gutiérrez o El Don, formó parte de un grupo paramilitar colombiano (PARACO) con varias ramificaciones en la zona caribeña y en esa condición llegó a la Republica Dominicana hace algún tiempo.

Al ser enterado de que la droga estaba en el mar, El Don, contrató a un dueño de botes, que le había hecho otros trabajos similares, para buscarla y la trajeron a Playas Caracoles, en Azua.

Al llegar a la playa, el Don los esperaba con algunos de sus hombres y quitó a la tripulación las armas que trajeron para proteger la mercancía, el dinero, teléfonos y radios de comunicación, reportando hacia Colombia que la droga llegó, incompleta, solo 400 kilos.

Tanto la mercancía como los extranjeros fueron llevados a la casa de Paya, donde estaba prácticamente prisioneros, pero uno de ellos pagó a una personas de la empleomanía de la residencia para que le consiguiera un teléfono móvil, quien se lo entregó a escondida, y con el cual reportó a su superior que todo llegó completo y la situación que se había presentado.

Desde Colombia el jefe llamó a un compatriota radicado en Santiago de los Caballeros, quien residía en Haití hasta que se casó con una dominicana y se fue a vivir allí, para que organizara un equipo de cobro para rescatar la millonaria mercancía.

Pero a su vez el jefe colombiano llamó a un dominicano, nativo de Baní, muy conocido en el mundo del narco, para que ayudara en la ubicación de El Don, a quien se tenía como un "tumbador".

Se dice que fue esta persona, el banilejo, quien tocó la puerta de la residencia y el Don dejó entrar, porque eran amigos.

Fue en esa circunstancia que entró a la residencia el grupo que se conformó desde Santiago comandado por un policía, de puesto allí, quien a su vez se auxilió de marineros de la Base Naval Las Calderas para la ejecución de todos, incluyendo hasta los mismos que trajeron las drogas "para no dejar rastro".

La orden también era ejecutar al colombiano a quien se contrató en Santiago para "armar el equipo", pero este se enteró de los planes y huyó hacia Haití, por lo que las autoridades dominicanas están solicitando su captura...En la investigación salió a relucir que El Don había participado recientemente en un tumbe de drogas en el sector de Gualey, en la parte alta de Santo Domingo, donde resultó una persona muerta y varios heridos.

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