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miércoles, 12 de noviembre de 2008

A VECES ME SIENTO RIDICULO POR SER DOMINICANO

Fernando Peña

Es verdad que los habitantes de esta hermosa media isla, los que nos visitan de tierras cercanas y lejanas disfrutan de nuestras bellas playas, de las inmensas llanuras de tierra de los campos, hasta de la magnificencia de las montañas de Jarabacoa, de la hospitalidad y humildad de sus gentes.

Pero hay! Tenemos los políticos más graciosos, profesionales en el ejercicio del poder, me refiero también a los que han llegado a la cumbre en sus carreras, a presidente, ex presidentes, diputados y senadores.

Y uno se pregunta ¿Hasta cuando nos van a estar tomando el pelo presidentes, funcionarios y sus opositores?

Creo que es verdad que todos somos unos ignorantes, tontos que no sabemos conceptualizar, pues en caso contrario estaríamos bien gobernado, tendríamos una oposición adecuada.

Los votantes somos unos ignorantes, indigentes intelectuales, que solo quieren comida, circo y una botella de ron.

En un país donde cualquier funcionario de primera o quinta categoría pasa de la pobreza a la riqueza, se construye casa de veraneo, nombra con tres y cuatro cheques en las dependencias públicas al que le cuida la finca, la que trabaja en la casa, al nieto, al esposo, al amigo y relacionado. Se presentan las pruebas y nada pasa, por respuesta se da el silencio cómplice. En un país así ¿que podemos esperar?

En un país donde te dan tres y cuatro horas de energía eléctrica, porque supuestamente el gobierno no le paga a las generadoras, te suben unilateralmente el recibo de la luz; donde las ansias especulativas de los transportistas, de los comerciantes e industriales no tienen limite, a pesar de la crisis financiera mundial, y el gobierno no hace nada. En un país así es para uno sentirse ridiculizado como ciudadano.

Y uno ve impotente que nuestros políticos en el poder se dan al derroche, dispendio, dilapidación, excesos y generosidad para ellos y sus clanes.

Y en medio de todo esto nos gastamos un presidente que sale de gira turística fuera del país por 15 días, y uno se desgañita denunciando atropello, corrupción, mientras nos predican desde el poder austeridad. Se necesita tener cara dura… ¿O no?

No es que tengamos una actitud de acoso constante contra el presidente y sus funcionarios, no. Es que la realidad esta ahí, es que los hechos de despilfarro y corrupción son documentados y testificados, a pesar de la ocultación de la realidad de una parte de la prensa que participa del festín.

Un simple ejemplo está en la hermosa ciudad de Jarabacoa, donde hasta el presidente del partido de gobierno cobra cuatro cheques en diferentes dependencias del gobierno. Donde funcionarios se construyen casas de veraneos, donde en plena loma del municipio, un ex cuñado del presidente construye una urbanización utilizando los equipos pesados de las dependencias del Estado y se les cierra el camino a humildes campesinos que han pasado toda su vida cultivando la tierra.

¿Cuesta creer que parte de la prensa calle y hasta defienda lo que sucede en Jarabacoa?

Cuando el PLD se derrumbe, como se derrumbará, se dará cuenta que desde el gobierno actuaron contra el constructor y guía de esa organización política, Don Juan Bosch.

Juan Bosch fue estandarte, cabeza de honestidad de la política, ejemplo memorable del ejercicio del Poder honesto y transparente.

Honestamente, la diferencia de Leonel con Trujillo y Balaguer no es tanta. Los funcionarios y dirigentes del PLD se asombran porque “tachar de dictador al señor que dictaba porque una gran mayoría del pueblo (dicen porque compro las elecciones) deseaba que siguiera dictando, no se ajusta a la realidad”. Pero, ya hasta dicen que el de Trujillo fue mejor gobierno, sacándole, claro, los asesinatos.

Es que hoy, al igual que el ayer de Don Juan Bosch, a pesar de su empeño y esfuerzo por educar al pueblo, vivimos en un país lleno de analfabetos, ignorantes, y los que nos gobiernan, desde el Poder se llaman demócratas.

Por todo ello y algo más, a veces me siento ridículo por ser dominicano. Y de veras, que empiezo a estar un poco harto de vivir en un país que tiene un gobierno, un presidente que se empeña terca, pertinaz, entupida, cruel, infinitamente en negar la crisis que nos agota, destroza y empobrece.

Ustedes me perdonan, pero a pesar de todo me quedo en mi país.

El autor es periodista

http://www.frontera25.blogspot.com/

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