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miércoles, 3 de diciembre de 2008

MASOQUISMO EN LA PRENSA TERRICOLA?



¿Masoquismo en la prensa terrícola?
JOSEP Pernau
Si un marciano bajara a nuestro planeta y hojeara un periódico de los terrícolas, llegaría a una conclusión y acto seguido tomaría una decisión. Un vistazo rápido le permitiría apreciar la acumulación de malas noticias, que solo un masoquista es capaz de digerir, y, a continuación, por si recrearse en el dolor propio es contagioso, regresaría a su planeta sin perder un minuto. Y pensaría que, si los terrícolas leen esos diarios y encima pagan por llevárselos, han de tener el vicio muy arraigado.Quizá tenga razón el viajero interplanetario. Somos muchos los adictos a la prensa. Algunos incluso somos tan contumaces que leemos más de un periódico. Pero nos gustaría ser más, y es lo que pretenden los empresarios con sus campañas de proselitismo, que ellos llaman "de promoción". Para que caigamos en sus redes, ponen a nuestro alcance cafeteras de marca reconocida u otros artilugios de la casa, que se pueden adquirir por un original sistema de puntos.Pero donde más se observa el poder de la adicción es en las campañas de supervivencia de la prensa. Se la podría dejar morir: sufre los atropellos de los años y no costaría mucho dejarla caer por el bien de todos. Pero se reúnen en asamblea y se duelen de que ya no hay un Gutenberg que les levante la moral. Y, cuando más caídos están los ánimos, toma la palabra un joven sembrador de ilusión, que pronuncia una frase que levanta los aplausos de la masa: "No perdáis la fe. Con internet, la prensa que queremos no puede morir".Y muestra un manojo de recortes de un mal infantil recién descubierto; diez señoras víctimas de los maridos en un día; el paro ha llegado a los tres millones de asalariados; el terrorismo ha vuelto a la India... En fin, lo de siempre.

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