La Policía detiene en Rusia a medio centenar de manifestantes en una protesta por la crisis.
Un policía detiene a un participante en la manifestación por la crisis de Moscú.
EFERAFAEL M. MANUECO.
Miles de personas han salido a la calle en varias ciudades rusas, desde Vladivostok en el Extremo Oriente hasta el enclave de Kaliningrado, al norte de Polonia. Las manifestaciones han sido convocadas por distintas fuerzas políticas para protestar contra las medidas anticrisis del Gobierno, el paro, la carestía y la subida de los aranceles para la importación de vehículos extranjeros.
En Moscú se practicaron, según distintas fuentes, en torno a medio centenar de detenciones entre los militantes del movimiento opositor “La otra Rusia”, incluido Eduard Limónov, uno de sus líderes. Limónov, que antes encabezaba el ilegalizado Partido Nacional Bolchevique, se encaramó a la estatua de Mayakovski, en la plaza Triunfálnaya, para dirigirse a los presentes. Sin más miramientos, la Policía le hizo descender del pedestal por la fuerza. Muchos de los participantes en la acción de protesta fueron golpeados con saña.
«La otra Rusia»
“La otra Rusia”, en cuya dirección se encuentra el ex campeón de ajedrez Gari Kaspárov, fue la única organización que no obtuvo el permiso para convocar la concentración. La consigna más coreada pedía la dimisión del primer ministro, Vladímir Putin, por haber llevado al país a un “callejón sin salida”. Hubo un intento de cortar el tráfico en el “Anillo de los Bulevares”. La fuerzas del orden movilizaron 7.000 agentes, cifra que superaba con creces a la de participantes en la protesta.
Los comunistas, cuyo afiliados fueron los más activos en Kaliningrado y las ciudades siberianas, se congregaron frente al teatro Bolshói de la capital rusa mientras los ultra nacionalistas de Vladímir Yirinovski lo hicieron en la plaza Pushkin. Hasta el partido del Kremlin “Rusia Unida”, pese al intenso frío, celebró un mitin junto a la Plaza Roja, pero no para criticar a las autoridades sino para ensalzarlas. El Gobierno prevé tres años de crisis mientras la moneda nacional, el rublo, se encuentra en caída libre y el paro no deja de aumentar.
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