Embajada EU en RD envió 1,600 mensajes casos corrupción
Por ENRIQUE SANTANA/Siglo 21
MADRID.- En el ámbito nacional ha sido tema de discusión durante la pasada semana, las denuncias de corrupción que a nivel internacional ha publicado el periódico español El País, basado en reportes confidenciales filtrados a la prensa por el sitio de Internet Wikileaks.
Este portal de Internet ha hecho público informes de mensajes confidenciales que los embajadores estadounidenses alrededor del mundo enviaron al Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Con relación a la República Dominicana se enviaron más de mil seiscientos de estos mensajes y el primero de estos recién fue publicado la semana pasada.
Aunque estos informes no revelan nada que ya en nuestro país no se supiera, la importancia de los mismos reside en el hecho de que esta vez las denuncias de corrupción vienen acompañadas de nombres y apellidos. Además echan por suelo las aseveraciones del presidente Leonel Fernández quien siempre se refirió a la corrupción como un fenómeno de percepción.
En el primer caso de corrupción publicado por el periódico El País, se refiere al de la compañía Advent Internacional que adquirió de la empresa Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (AERODOM) los derechos para operar algunos de los aeropuertos de país, pero muy en especial, el aeropuerto internacional de Las Américas.
En su reseña, El País escribe que “Los dueños de Aerodom, según relata la embajada (americana), apuntan a un funcionario, Andrés Vanderhorst, director de la Comisión de Aeropuertos, el organismo gubernamental que vigila el funcionamiento de la concesión. Después de varios informes muy negativos por parte de la comisión, Vanderhorst exigió que el aeropuerto almacenara gratuitamente productos de exportación agrícola, un sector en el que el funcionario dominicano tiene intereses familiares. Ante la negativa, los directivos recibieron la visita del general Jaime Osas, quien colocando un arma de fuego sobre la mesa, señaló: “Vengo a arreglar una cuenta pendiente entre usted y mi jefe”. Poco después, relata el cable enviado a Washington, Vanderhorst exigió explícitamente un soborno de cinco millones de pesos dominicanos, unos 143.000 dólares”.
En otro caso de corrupción no menos escandaloso, el mismo periódico se refiere a que “el embajador Robert Fannin relata la odisea que la empresa Forbes Energy atravesó en 2008 para conseguir los permisos de una planta de producción de etanol que, con 700 millones de dólares, iba a ser una de las mayores inversiones extranjeras en el país, y la mayor de tipo privado en el campo de los biocombustibles en el mundo. “[Los directivos] se enfrentan a retrasos innecesarios que interpretan como indicaciones para sobornos por parte de funcionarios del Gobierno. También han tenido dos requerimientos directos de funcionarios de alto nivel para pagos en efectivo”. Una firma que no llegaba lo paralizaba todo. Según el cable, el ex ministro de Turismo, Félix Jiménez, se ofreció a allanar el camino a cambio de 10 millones de dólares. Un asistente del ministro de Defensa hizo una petición similar”.
En un país con instituciones y funcionarios que se respetaran, actos tan escandalosos como los que aquí se denuncian obligarían a que algunas cabezas rodaran, figurativamente hablando. Pero en la República Dominicana, donde tenemos un presidente al que sus mismos colaboradores acusan de ser extremadamente permisivo con sus funcionarios, estamos seguros de que nada va a suceder y todo seguirá como de costumbre.
Como expresamos al principio, este es solo uno de los más de mil informes que se refieren a la República Dominicana, y tenemos la convicción de que los que seguirán no serán menos escandalosos.
Este escándalo, que revela a nivel internacional lo institucionalizada que está la corrupción a nivel gubernamental, le ha propinado un golpe tremendo a la imagen no tan sólo del gobierno de Leonel Fernández, sino a la imagen del pueblo dominicano, que ha soportado sin inmutarse, tantas indelicadezas.
Un gran perdedor ha sido el Presidente Fernández, cuyo sueño de ser nombrado en un cargo a nivel de las Naciones Unidas se viene al piso. Ningún organismo mundial aceptaría un funcionario que en una posición dirigencial haya permitido, que bajo su, mirada se hayan cometido tantos desaciertos.
La gran ganadora seria la comunidad internacional, que no tendrá que soportar el que Leonel Fernández ejecute a nivel internacional todas las travesuras a las que nos tiene acostumbrados a nivel nacional.
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