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miércoles, 16 de noviembre de 2011

UN PAIS LLAMADO LEONELANDIA

Por JUAN T H
EL AUTOR es periodista, abogado y político. Reside en Santo Domingo.

En Leonelandia no hay apagones. La tarifa eléctrica es bajísima. La gente casi no paga nada. Los precios de los combustibles no aumentan nunca. Compramos gasolina y gas licuado de petróleo más barato que cualquier país productor de petróleo.

Mi amigo Martín Guillermo se quiere ir del país porque no resiste más.

Me preguntó dónde está ubicado un país llamado Leonelandia porque lo buscó en un mapamundi y no lo encontró.

Le dije que ese s es el secreto mejor guardado del planeta porque el presidente y sus amigos del Comité Político lo guardan muy celosamente para evitar los problemas que causan los pobres.

Martín quiere saber dónde está la embajada o el consulado de Leonelandia para solicitar una visa y tomar un avión, con toda su familia, para ese maravilloso y paradisíaco lugar.

Mi buen amigo me dijo que ha leído todos los discursos del presidente de Leonelandia, que ha visto sus declaraciones en conferencias y cumbres internacionales donde siempre resalta las bondades del país que ha creado. En Leonelandia el problema es que no hay problemas.

En Leonelandia no existe desempleo. El costo de la vida es de los más bajos del mundo. La criminalidad y la delincuencia han desaparecido. No hay narcotráfico ni consumo de drogas. No hay analfabetismo. Todos los niños van a las escuelas públicas hasta el bachillerato para luego pasar a las universidades que también están entre las mejores del planeta, fruto de la inversión del 12% del PIB en educación. La salud es de primera. En los hospitales no falta nada. El personal médico y paramédico es súper eficiente. Las medicinas para los pobres son gratis. El Estado lo cubre todo. El promedio de vida de los ciudadanos es de 92 años.

El crecimiento económico, comparado solo con China Popular, se distribuye equitativamente, razón por lo cual la pobreza es prácticamente cero.

En Leonelandia no hay apagones. La tarifa eléctrica es bajísima. La gente casi no paga nada.

Los precios de los combustibles no aumentan nunca. Compramos gasolina y gas licuado de petróleo más barato que cualquier país productor de petróleo.

Todos esos avances se han logrado porque el presidente de Leonelandia, uno de los hombres más honestos y capaces del universo, que debe ser clonado, prohibió la corrupción. Desde entonces ningún funcionario se ha robado un peso. La corrupción, de ministros, viceministros, generales de las Fuerzas Armadas y la Policía, es cosa del pasado. De 142 países estudiados por organismos internacionales Leonelandia es el más transparente, el más honesto y el de menos violencia y criminalidad, porque tiene la policía más capaz y honesta del mundo.

En Leonelandia la seguridad ciudadana está garantizada. La gente deja la puerta de su casa abierta porque nadie le robará. No hay rejas en los hogares. Las calles son seguras. Nadie tiene necesidad de robar. Todo el mundo trabaja, todo el mundo tiene tarjeta de crédito, todo el mundo tiene una educación óptima. Los clásicos del marxismo-leninismo jamás pensaron que podía existir un país como Leonelandia donde el problema es que nunca hay problemas porque todo está resuelto.

Mi amigo Martín vive en un país donde nadie está seguro en ningún lugar, donde el analfabetismo es muy alto, donde la inversión en educación, salud, vivienda, seguridad social y ciudadana es ridícula, donde la democracia es una caricatura, donde los funcionarios se roban hasta el papel higiénico de los inodoros, donde hay apagones de 18 horas diarias a pesar de que la gente paga la tarifa más alta del mundo. Martín vive en un país donde el transporte es un caos, donde no se priorizan las obras, las cuales están determinadas por la corrupción que le cuesta al país más de cien mil millones de pesos anuales. Martín vive en un país donde el problema es que hay demasiados problemas. ¡Martín vive en un país de mierda! Es por eso que anda buscando una visa para irse en el primer avión que encuentre para Leonelandia, donde el problema es que no hay problemas. Lo malo es que los dueños de Leonelandia, ni visa dan.

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