Escrito por: JESÚS FERIS IGLESIAS ( jesusferisiglesias@yahoo.es)
Al pueblo dominicano le ha costado muchos sacrificios para conquistar un sistema democrático medianamente satisfactorio. Sin embargo, con la continuidad del PLD gobernando, estas conquistas se desvanecerán si tomamos en cuenta la situación actual que estamos viviendo.
La democracia política se va perdiendo poco a poco. Si observáramos que mientras un movimiento cívico demanda cada vez con más fuerza social el cumplimiento por ley del 4% para educación, que ha obligado a los candidatos presidenciales y específicamente al candidato oficialista a firmar el compromiso de cumplir con la referida ley, la posible vicepresidente que lo acompañará declaró como no necesario tal aumento. Posteriormente el Senado del país controlado por los peledeístas y senadores que siguen a Danilo Medina, aprobaron la ley de gastos públicos y presupuesto de la Nación sin siquiera leerlo ni enviarlo a comisión, como mensaje a la sociedad dominicana que ellos son los que mandan, burlándose el candidato oficialista del documento firmado.
Debemos recordar que el propio Presidente Fernández cuando estaba en la oposición decía la inconveniencia de que los poderes legislativos estuvieran controlados por el gobierno central, pero una cosa es estar en la oposición y otra en el gobierno.
El PLD controla el Poder Ejecutivo; el Poder Legislativo y parte del Judicial, con control de la Cámara de Cuentas y la Junta Central Electoral.
Además, cada día se destapa un escándalo de corrupción entre los funcionarios del gobierno y no se toman decisiones enérgicas de someter a la justicia a los implicados para enviar un mensaje a la sociedad de castigar la misma.
La democracia económica también peligra, pues en todos los años de gobierno peledeísta hay déficit fiscal y este año se estima que cerrará en cincuenta mil millones. Martínez Moya cuando analiza el ahorro nacional revela que en el 2005 era de 15.1% del PIB y en el 2010 bajó a 7.9%.
El desorden gerencial en el manejo de la economía lo padecen las y los dominicanos cada día con aumento de los alimentos de primera necesidad; los medicamentos han aumentado 100% promedio; los combustibles y el gas para uso doméstico también, mientras los salarios que tienen empleos formales se mantienen siempre muy por debajo a la inflación.
La democracia social también se tambalea cada día donde las familias y los individuos no están seguros ni en sus hogares. Crímenes, asaltos a mano armada, asesinatos, secuestros, violaciones, robos, en fin, toda clase de delitos y aumento del narcotráfico con todo lo que representa este negocio, y no solamente delincuentes civiles, sino militares y policías envueltos.
Cuando un “peje gordo” cae, vemos cómo existían conexiones con funcionarios de alto nivel del gobierno, pero estos últimos no son develados y ni siquiera molestados. Los pases oficiales al Palacio Nacional, carnés de policías, licencia de portar armas de fuego y otros privilegios que solo tienen unos pocos, han sido otorgados a grandes jefes del narcotráfico.
De continuar este estado de situación y permitir que el gobierno actual utilice los recursos del Estado sin ninguna clase de escrúpulos, como declarara en la ciudad de New York el propio presidente Fernández a un grupo de amigos íntimos, en que dijo que iba a utilizar cuarenta mil millones en los últimos meses de la campaña en arreglos de vías de comunicación y alimentos para los pobres, tal y como ha hecho en elecciones anteriores, el futuro del país se ensombrecerá.
De ganar el PLD las próximas elecciones se instalará una dictadura de partido conservador con formación neofascista.
Por esa y otras razones es que debemos aunar todas las fuerzas liberales para contener a este grupo que ha hecho del país su compañía por acciones al igual que Trujillo lo hizo 80 años atrás.
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