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domingo, 17 de junio de 2012

LIDERES GUESTIONADOS Y SUS PARTIDOS DIVIDIDOS

Por Fernando Peña La política, la actividad política ha cambiado mucho, solo ha quedado el ser una actividad de alto riesgo. La política antaño era un oficio respetado y a veces hasta reconocido. Hoy, hasta estar en las proximidades de los políticos es cuestionado. Los liderazgos políticos están cuestionados, vituperados, criticados y, ¿odiados? Veamos algunos ejemplos: Leonel Fernández, es un político pragmático, estudiado, político de oficio, presidente en varias ocasiones, pero hoy es más cuestionado que reconocido por los ciudadanos de a pie. Está por verse si ahora, al salir de la presidencia y dejar a su archirrival partidario, Danilo Medina en la presidencia de la Republica, sin el aparato burocrático de gobierno, mantendrá su arrastre y liderazgo. Danilo Medina, aunque ha mantenido una lucha frontal contra Leonel Fernández dentro del PLD, para lograr su supremo objetivo de la presidencia de la Republica tuvo que doblegar sus cacareados principios y lo que ayer negó tuvo que utilizarlo hoy contra su contendor, Hipólito Mejía, la utilización de los recursos del gobierno y todos los poderes del Estado. Ayer el dijo, ante su aliado interno de hoy, que el Estado lo venció, lo mismo que dice hoy Hipólito Mejía. Danilo Medina es percibido como peón de Leonel Fernández. De una personalidad grisácea, opaca y sin luz, el hoy candidato electo, goza del favor momentáneo de su archirrival Leonel Fernández. La lucha y las contradicciones de estos dos lideres peledeistas aun no han terminado, soterradamente se manifiestan, es un asunto de tiempo, ambos se vigilan, sabedor que, el Estado promociona liderazgo y quita influencia a los que se van de su quehacer clientelar. En el Partido Reformista ya no existe liderazgo, lo que hay son dirigentes que se mueven al vaivén de sus alianzas con el gobierno en un afán clientelar y de búsquedas primarias de posiciones gubernamentales. El PRD mantiene su primacía como principal partido del país, según los resultados electorales está en la casilla número uno, pero está en peores condiciones que los demás, corroídos por la división y las apetencias personales de su liderazgo tradicional y ortodoxo. Sus dos principales líderes, Hipólito Mejía y Miguel Vargas, cada uno se mantiene en su esquina, enfrentado después de las elecciones generales. El primero, junto a los líderes tradicionales lucha por restablecer el control partidario, en una lucha que luce a muerte contra Miguel Vargas, que tiene el control institucional y que aplico una política de renovación hacia el partido blanco. La esencia de la división del PRD es esa, control partidario y agenciarse la candidatura presidencial del 2016. Contra Miguel se lanza toda clase de acusaciones, aprovechando el reflujo a favor de Hipólito que dejo la contienda electoral, no quieren postergar su lucha, sabedores de que el tiempo no es su mejor aliado a lo interno del PRD, ya que no poseen mucha calidad moral y respaldo en la base y en los cuadros medios de la organización. Ligar a Miguel Vargas al oficialismo es emocionalmente provechoso para ellos, mas en estos momentos, cuando el PRD pierde unas elecciones, que casi la tenia ganada, pero que los desaciertos de su candidato y la no política de alianza interna con Miguel, les llevaron a la derrota. Miguel Vargas ha sido un hueso duro de roer por los hipolitistas, el hoy líder del PRD, se inicio en la política de la mano del siempre recordado líder José Francisco Peña Gómez, las bases del partido recuerdan su amistad y sociedad política con él. El papel actual de Miguel Vargas en el PRD es de Unidad, de institucionalidad, y de propiciar una manera nueva, decente, participativa del quehacer político, que combinada con los principios e ideales perredeistas le den forma a un proyecto de nación acorde a los nuevos tiempos. Con estas historias, con estas realidades de los principales partidos políticos dominicanos, se precisa de una alta responsabilidad histórica para no hacer desaparecer el sistema de partidos en Republica Dominicana, deben saber esos líderes que son cuestionados y criticados por su proceder, por su individualismo, por su interés meramente personal. La división es negativa, la unión y el entendimiento en la discrepancia debe ser el norte, porque si no, se irían a la nada con su liderazgo, su militancia y sus partidos. El autor es periodista

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