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martes, 5 de junio de 2012

VERDADES SOBRE LA "NO INTEGRACION" DE MIGUEL A LA CANDIDATURA DE HIPOLITO

Por Fernando Pena Sin lugar a equivoco que al dejar el poder, Hipólito Mejía dejo un partido en reflujo, con una valoración de la población muy negativa, con la credibilidad maltrecha y un porcentaje electoral por el suelo, y una organización endeudada. Leonel y la cúpula del PLD lanzaron una campaña mediática de descredito contra Hipólito y el PRD. En esa situación, y otras que no vamos aquí a enumerar, recibió Miguel Vargas el PRD. Miguel recorrió cada tramo del país organizando y rescatando al PRD, y llevando la esperanza de una nueva visión de hacer política apegadas a los principios que le dieron origen a la organización y a los ideales del doctor Pena Gómez, del cual él es uno de sus fieles discípulos. Proclamo la renovación del partido blanco, adecuarlo a los nuevos tiempos del quehacer político mundial, de negociación, concertación en la diferencia, en la lucha por un mejor país para todos. Haciendo una oposición constructiva, de propuestas y solución a los problemas nacionales. Abrió las ventanas del PRD a los jóvenes y las mujeres, en un certero plan de unir a lo nuevo con lo viejo. Así creció el nuevo PRD, bajo el liderazgo de Miguel Vargas se coloco nueva vez el PRD en el partido número uno, abalado por los resultados últimos de los procesos electorales. Volvió hacer la primera fuerza opositora de esta media isla. A partir de ahí surgieron los conflictos entre lo que muere y lo que nace, entre lo viejo y lo nuevo. Los viejos perdían territorio, poder, influencia en el PRD, y desencadenaron los conflictos internos para intentar frenar el espacio y poder que Miguel Vargas había construido en el partido blanco. La lucha encarnizada en la convención para elegir al candidato presidencial fue el elemento decisivo para frenar a Miguel Vargas y su corriente dominante en el PRD. La línea de los ortodoxos del PRD era clara, había que aniquilar, derrocar a Miguel Vargas, aunque para ello se utilizaran malas artes y se pactara con los contrarios, sean del PLD o del PRSC. Los resultados de la convención así lo evidencio, votaron a favor de Hipólito Mejía miles de reformistas y peledeistas, en una jugada peligrosa, inaceptable, de intromisión en la contienda interna del partido político de mas aporte y tradición democrática del país y América Latina. A pesar de todo ello, a regañadientes, Miguel Vargas se sacrifico, y en una actitud patriótica y desinteresada, a pesar de las evidencia del fraude, acepto los resultados y proclamo y levanto la mano del candidato del PRD, Don Hipólito Mejía. A partir de ese momento se inicio el viacrucis y las penalidades del presidente y nuevo líder del PRD, Miguel Vargas. Nunca más volvió a ver Miguel Vargas al ing. Hipólito Mejía, creo que la última vez que lo vio fue precisamente el 16 de marzo del pasado año, cuando lo proclamo candidato presidencial del PRD. Siendo así, uno se pregunta ¿Quería realmente Hipólito Mejía la Integración de Miguel Vargas? ¿Quería realmente la unidad el candidato Hipólito Mejía y algunos de su entorno? ¿Cómo fue posible que el candidato Hipólito Mejía tuviera el tiempo suficiente para visitar, pactar con distintos sectores, poco representativos en término electoral, y no así sacar el tiempo necesario para unirse y pactar con el ing, Miguel Vargas? Hipólito Mejía visito en más de cinco ocasiones en su residencia a Hatuey D Canmps, un líder político con gran historia, pero que cuanta con apenas un 0.20% (PRSD). Por que se quería la integración pura y simple del presidente del PRD sin ni siquiera darle contesta, por parte del candidato Hipólito Mejía, a su propuesta de integración efectuada oportunamente, y que solo dijera el candidato que le contestaría, pero nunca se produjo tal respuesta. ¿Por qué no se refrendo el pacto de caballeros firmado el 3 de marzo de ese ano, que era la garantía de la participación en un futuro gobierno del sector que representa el presidente del PRD, Miguel Vargas? ¿Por qué si se quería la integración plena de Miguel Vargas, se permitió que personas cercanas al candidato Hipólito Mejía denostaran en los medios de comunicación contra la persona del presidente del PRD y de su familia? Evidente, se mantuvo el conflicto como estratagema para debilitar a Miguel Vargas y su corriente dominante en el PRD, olvidándose en la borrachera del éxito y el casi seguro triunfo, que Miguel Vargas era la diferencia entre el éxito y la derrota. No minimizaron el riesgo del conflicto... Creyeron, poniendo en riesgo el triunfo del candidato y el partido, que “detrás de todo conflicto hay cambio”. El cambio era destruir la maquinaria política de Miguel Vargas. Planearon crear el conflicto de la no integración de Miguel Vargas en el entendido de producir cambio, pero no todo cambio implica conflicto. Se equivocaron y perdieron. Pasado el proceso electoral el presidente del PRD, Miguel Vargas, fuera de resquemores, olvidando lo pasado, en un ejercicio serio de liderazgo responsable llamo a que el PRD se aboque a la realización de una amplia consulta nacional que les permita hacer los ajustes metodológicos y estratégicos que culminen en un relanzamiento de sus programas de trabajos para hacer más eficientes y exitosos las acciones políticas de la organización. Todo ello fundamentado en un plan estratégico que permita la renovación del liderazgo, la depuración del padrón del partido y la incorporación de nuevos militantes y la actualización de la plataforma programática del partido, sin la cual no será posible que el PRD obtenga la victoria tanto a nivel presidencial como a nivel municipal y congresual en las elecciones del 2016. Recordemos que si hoy el PLD enfrenta una erosión de su apoyo electoral, y que si el PRD es el principal partido del país, en un creciente apoyo electoral, dejando al partido oficial en un segundo lugar, se debe al trabajo y rescate que le dio al PRD Miguel Vargas Maldonado, demostrando ser el líder que, en las actuales y futuras condiciones, puede conducir por buen camino al partido blanco. El PRD bajo la dirección de Miguel Vargas, con la integración y la unidad de todos los perredeistas, seguirá el camino del triunfo que le augura en el 1916. Y como dijera Eduardo Jorge Prats: “el PRD ha sido esclavo de la palabra de su candidato presidencial y dueño del silencio del presidente del partido”. El autor es perriodsita

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