EL PACTO DE LOS EXPULSADOS Y OTRAS COSAS

Por Fernando Pena El que se está hundiendo hasta de un clavo ardiendo se agarra, esa frase me la dijo un hombre del campo, gurabero por demás, cuando se entero que Hipólito Mejía, acompañado de algunos de sus hijos y dirigentes de su grupo político, habían visitado al presidente Danilo Medina, en el Palacio Nacional. Esa frase fue un acto de franqueza, de interpretación popular y sabia de la reunión de Hipólito con Danilo Medina. Como se recordará fueron expulsado del PRD el x presidente Hipólito Mejía y el presidente en funciones Andrés Bautista, e impusieron dos años de suspensión a los secretarios general y de organización, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez, ellos han recurrido al tribunal competente en un intento de invalidar esa decisión. Al decir del fiscal general del PRD, Giovanni Tejada, fue lamentable lo sucedido, pero era la única solución que tenía la organización para seguir adelante. Derrotado en todos los frentes, fracasado en el llamado a una supuesta “línea de masa”, el último intento para lograr una legitimidad política de grupo en la oposición, ha sido visitando y reuniéndose en Palacio con el presidente Danilo Medina, así vende la idea de un pacto y alianza táctica con el sector del gobierno. Su agonía mayor se delato cuando el grupo asalto la Casa Nacional del PRD, pisoteando los principios, la historia democrática del partido y agregando un episodio negro en su historia política, al inrumpir con comando de asalto y hombres armados la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) convirtiendo el escenario perredeista en una balacera que dejó 8 personas heridas, saqueos y destrozos en la Casa Nacional y pocas probabilidades de acuerdo para poner fin a la crisis. Uno de los diarios nacionales narraba que “Luego llego el ex presidente Hipólito Mejía, con Pepe Goico como avanzada y cesaron los disparos y las bombas. Mejía permaneció unos tres minutos dentro de su vehículo en la Jiménez Moya con Sarasota. Luego su yipeta avanzó y, al ritmo de ¡llegó papá!, avanzó hasta frente del local del partido y en una escena como de película varios miembros de su seguridad con armas largas, vestidos de negro y con el rostro cubierto se apostaron en las esquinas del techo del edificio. Su permanencia en el local fue relámpago.” “Llegó, levantó con fuerza una bandera del partido del que fue expulsado y saludó, con cuyos gestos quizás quiso comunicar a Miguel Vargas que con su entrada le dobló el pulso. Luego se montó de nuevo en su yipeta y se fue rumbo al Instituto José Francisco Peña Gómez, de dónde también salió acompañado de Luis Abinader, Andrés Bautista, Milagros Ortiz Bosch, Orlando Jorge Mera, Enmanuel Esquea Guerrera, Tirso Mejía Ricart, Jesús -Chu- Vásquez, Rafael Suberví Bonilla, César Cedeño, entre otros.” Todo esto refleja lo agotado del grupo hipolitista, el fracaso por descalificar al presiente del PRD Miguel Vargas, acusándolo de “traidor”, y de supuestamente haber pactado con Leonel Fernández. Todavía resuenan en los oídos de los perredeistas las palabras de Hipólito Mejía cuando en rueda de prensa el 22 de enero, proclamaba a todo pulmón: “Quiero decirle a mis amigos del Gobierno que bajo ninguna circunstancia me voy a prestar a hacerle juego a ellos ni a nadie en este país.” Visto este escenario de hechos, palabras y fracasos, resultan pues proféticas las palabras de aquel hombre del pueblo, cuando al enterarse del “Pacto de los expulsados” expreso “el que se está hundiendo hasta de un clavo ardiendo se agarra”. El autor es periodista Fernandop25_@hotmail.com