Por Fernando Peña
Uno no hace mas que entristecerse al observar las diatribas, los insultos, las posiciones descabelladas de dirigentes importantes del PRD, que piden incluso públicamente la destitución de Miguel Vargas Maldonado de la presidencia del partido por el desempeño logrado en este proceso electoral.
Ahí es que está el fracaso, los responsables son todos, pero principalmente esa parte de la cúpula del partido blanco, que solo se ha preocupado por confrontar, impugnar y descalificar a la mayoría que hoy liderea al partido blanco.
Lo que debieron fue dejarse de resabios, dejar las pugnas internas y desarrollar una estrategia que desmontara el fraude electoral con la compra de cedula y la utilización descarada de parte de Leonel Fernández de los recurso del Estado.
Había que montar toda una campaña nacional e internacional de denuncia de esta situación que atrofia el sistema democrático dominicano, que casta la libre elección, y denigra a los electores más necesitados económicamente dándole comida, dinero, electrodoméstico para que voten por los candidatos oficialistas.
En vez de explorar el desempeño de los liderazgos y el éxito o el fracaso que las estrategias desarrolladas tuvieron en estas elecciones de medio tiempo, frente a un gobierno despótico y utilizador sin medida de los recursos del erario publico para favorecer a sus candidatos, se enfrascan en una lucha personal y grupal, que ha sido una de las causas que de manera fundamental le ha perjudicado en los resultados electorales.
El problema es de las elites políticas del PRD que ven el problema y sus responsables donde no debieran, porque si hay un culpable ese es el Gobierno que impuso a fuerza de los recursos del erario publico una voluntad que no es la del pueblo soberano, sino la voluntad del príncipe y sus cortesanos.
Para Leonel Fernández y sus colaboradores, el fin justifica los medios.
Las elites políticas del PRD No pueden tener un doble discurso, el de oposición rabiosa a sus opositores internos y de oposición tímida y genuflexa a los del gobierno. A veces uno no sabe que es lo prioritario para los miembros de la cúpula del partido blanco.
Por ello es que uno observa una diferencia marcada entra la valorización de los actores políticos del PRD y lo que piensan los ciudadanos de su comportamiento, de enfrentamiento interno descarnado por imponer primacía y liderazgo interno.
Mientras este teatro político se da, se distraen y se produce una creciente desvinculación de esos lideres políticos y el partido con el pueblo, con los ciudadanos.
A pesar de ello, y de la actitud descabellada del gobierno, de la compra de cedula, de la repartidera de electrodomésticos, de la entrega de dinero, de la regaladera de block, varilla y cemento sacado del erario publico, los resultados nos indican que un millón cuatrocientos mil dominicanos, un 42% del padrón de electores, respaldo con su voto al PRD.
El momento no es para buscar culpable, para abril una feroz lucha interna, podrían estar afilando cuchillos para su propia garganta, al llevar al PRD a una fragmentación o al peor de los casos a su disolución, abriéndole el camino, facilitándole a Leonel Fernández el implementar una dictadura institucional.
El país, los perredeistas y las perredeistas verían con agrado la unificación verdadera en un acto público de los principales líderes del partido blanco, más en estos momentos en que pende sobre el PRD, con la utilización del dinero del erario publico, el burdo fraude electoral propiciado y ejecutado desde el palacio nacional, burlando el buen desempeño de la Junta Central Electoral.
El pueblo, los más de un millón cuatrocientos mil dominicanos que votaron por el PRD en estas elecciones congresuales y municipales, esperan ese gesto de las elites del partido blanco, honrando así al pueblo dominicano y la memoria histórica del doctor José Francisco Peña Gómez.
El autor es periodista
Frontera25_@hotmail.com
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