El club nocturno Elite, que se creía que era suyo, negó todo vínculo con el nicaragüense. En su país, aseguran que tenía conexiones con el gobierno de Daniel Ortega, a quien le pagaba US$ 5 mil a cambio de seguridad
"El señor (Henry) Fariña no es accionista, ni administrador del club Elite, ni ha tenido ningún tipo de relación comercial ni de ninguna clase con esta empresa", dijo la compañía propietaria de las discotecas, con sede en cuatro ciudades de Centroamérica, en una solicitada publicada en periódicos.
La solicitada contradice a las autoridades guatemaltecas, que habían dicho que la sucursal de Elite en ese país sí pertenece a Fariña, y anunciaron que el club fue cerrado temporalmente y que se confiscaron documentos para extraer información del empresario.
Fariña contrató a Facundo Cabral para presentarse en Nicaragua y Guatemala y lo llevaba al aeropuerto La Aurora de Guatemala, desde donde viajaría a Managua el sábado, cuando fueron atacados.
Las autoridades consideran que la emboscada en la que murió Cabral iba dirigida contra Fariña y fue perpetrada por un grupo del crimen organizado que quería eliminarlo. Incluso, fuentes próximas a las investigaciones afirmaron que la orden del asesinato habría partido desde Nicaragua.
Pero este miércoles la presidente de la Corte Suprema de Justicia nicaragüense, Alba Luz Ramos, desestimó que se haya planificado una acción como esa y atribuyó a "especulaciones" todo lo dicho en torno al empresario. El asesinato de Cabral "es un mensaje del narcotráfico" a los gobiernos de Centroamérica que acaban de aprobar un plan conjunto de seguridad, opinó la magistrada. "Me parece más coherente esa explicación, porque ¿quién es el señor (Henry) Fariña? Si ni siquiera es conocido aquí en Nicaragua", apuntó Ramos.
Justamente, en el gobierno de Nicaragua causó incomodidad la investigación guatemalteca en torno a supuestos movimientos de Fariñas ligados al narcotráfico y argumentaron que "se daña la imagen de ese empresario". Entre las revelaciones que más incomodaron, se encuentra el supuesto pago de US$ 5 mil a personas ligadas al gobierno de Daniel Ortega por parte del empresario en concepto de "seguridad" al local Elite de Managua.
Los nexos también abarcarían a diputados de varias bancadas y a oficiales de inteligencia del Ejército de ese país.
Por el momento, el empresario está grave pero estable tras haber recibido ocho balazos y se encuentra en un sanatorio privado en el que permanece con custodia policial.
Las investigaciones revelan que la banda de sicarios que ejecutó a Cabral estaría integrada por seis personas, que habitualmente se dedican al robo de autos y comercio de drogas, entre otras actividades criminales. La organización estaría dirigida por Wilfred Allan Stokes Arnold -capturado el martes último-.
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