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sábado, 5 de noviembre de 2011

HIPOLITO MEJIA: MI PRESENCIA EN EL DEBATE DE AIRD

Escenario actual
Quiero resumir brevemente algunos de los planteamientos que formulé en ese encuentro, y ofrecer algunas explicaciones adicionales. Las considero necesarias y oportunas en este momento. Voy a insistir en ellas y nos veremos tratándolas en diversos momentos hasta el día de las elecciones del 2012 y un poco después. Veamos:
Todos los indicadores económicos se han deteriorado. El ahorro interno se desplomó a un 7%, la calidad del gasto ha desmejorado visiblemente, la deuda pública más que se duplicó en los últimos 7 años y el déficit de la cuenta corriente actualmente ronda el 9% del PIB. El crecimiento de estos últimos años ha sido dependiente del endeudamiento interno y externo, y de los altos déficits en todos los frentes de la economía.

Esa incongruencia explica por qué el alto crecimiento del PIB de los últimos 6 años no ha llegado a los estratos sociales de bajos ingresos, ni ha contribuido a la reducción de la pobreza.

Se aprobaron cinco reformas fiscales desde 2005 y los ingresos tributarios anuales han crecido 4 veces más que en el 2004 y casi 5 veces más respecto al 2003. Pero al mismo tiempo y en el mismo periodo, la deuda pública total aumentó de 9 mil 700 millones en el
2004 a 23 mil millones de dólares en el presente, equivalente a un 43% del PIB actual, siempre y cuando el dato del PIB sea el correcto.

Aún así, el exceso de gastos gubernamentales ha provocado que el déficit de los últimos tres años haya superado los 50 mil millones de pesos anuales. Este año no será la excepción, sólo en el mes de septiembre el déficit fue de 11 mil millones de pesos, para un déficit acumulado superior a los 30 mil millones de pesos en los primeros nueve meses del año.

Propuestas económicas
Expliqué que el Banco Central mantendrá su absoluta independencia y su capacidad de hacer política monetaria usando todos los instrumentos y herramientas a su alcance. Creo que hay muchas medidas que podemos aplicar de inmediato para que la competitividad se convierta en una realidad.

Entre ellas están la reducción del impuesto sobre la renta, la revisión de los impuestos que frenan la inversión privada, el estricto apego a la ley que rige el impuesto a los combustibles eliminando los sobreprecios, la creación de un Fondo de Garantías para apoyar el financiamiento a las micros y pequeñas empresas y la eliminación de los trámites burocráticos a los inversionistas y exportadores que fomentan la corrupción.
Les anuncié a los empresarios y demás miembros de la AIRD que en mi gobierno eliminaremos el cobro del ITBIS en las aduanas y el uno por ciento a los activos financieros de la banca que ha elevado en más de 6% el costo del dinero. En este punto expresé mi firme compromiso de despolitizar y fortalecer las instancias que están directamente relacionadas con estos temas, como es el caso de Proindustria, Consejo Nacional de Zona Franca, Promypime y el Consejo Nacional de Competitividad.

Expliqué que nos proponemos una estabilidad donde todos los agregados macroeconómicos se conjuguen, estén en armonía cuantitativa y respondan a un patrón de crecimiento incluyente.

Un crecimiento motorizado por el sector privado y focalizado hacia los sectores estratégicos, que generan mayor cantidad de empleos productivos.

Esos sectores son: la agricultura, la industria, la agroindustria, la construcción, la minería, el turismo y las zonas francas. Ellos serán los sectores más favorecidos para impulsar ese crecimiento, lo que mejorará la distribución del ingreso y el empleo, irradiando sus efectos en todas las clases sociales.

En general, dije que proponemos una meta de crecimiento promedio anual sobre el 6%, apoyado en los sectores de mayor generación de empleos.

Me comprometí a reducir la intervención pública en aéreas de competencia privada y privilegiar la inversión en capital humano, dándole a la juventud mayores oportunidades para insertarse en el mercado laboral. Y esa juventud tendrá un espacio en nuestro gobierno que jamás ha tenido en el pasado.

La educación
He dicho que un mejor país empieza en las escuelas, por eso reiteré nuestro compromiso de entregar el 4% del PIB a la educación y seguir aumentándolo en el futuro. Pero al mismo tiempo hay que realizar una profunda transformación institucional del sistema educativo para que esos recursos mejoren la calidad de la enseñanza, del profesorado y de toda la infraestructura en que descansa el sistema escolar.

Igualmente, daremos especial atención, como lo hicimos en nuestra pasada gestión, a la educación técnico vocacional, con la creación de institutos politécnicos en todo el país. Lamenté mucho que nuestro contendor no reiterara en ese escenario su compromiso con el 4% del PIB para la educación.

Todas las empresas que exporten, estén o no en los parques de zonas francas, recibirán el mismo tratamiento impositivo en cuanto a los productos exportados. No podemos exportar impuestos, expresé.

Lamenté la errática privatización del pasado, donde un monopolio privado extranjero suplantó un monopolio público. Soy partidario de la libre competencia entre empresas tecnológicamente solventes y honestas.

Por eso, garanticé que eliminaremos todas las trabas para que el sector privado incursione en la generación y distribución de energía, y que brindaremos facilidades para que el sector privado participe en la solución de la crisis, con plantas modernas a carbón, gas natural y proyectos de fuentes alternativas ambientalmente amigables.

La realidad es que el aumento indiscriminado de la tarifa eléctrica, incrementa el fraude, agravando la situación financiera del sector.

Eso también impacta negativamente en la competitividad de las empresas. En ese sentido, hay que realizar fuertes inversiones en el mejoramiento de la distribución, donde se pierde más de un tercio de la energía producida.
Y finalmente abordé, porque lo creo imprescindible para el desarrollo del país, el tema de la transparencia en la gestión pública. Creo que un Programa de gobierno no es creíble si no aborda el tema del compromiso contra la corrupción.

Todo ello sin descuidar jamás la política social, incluyendo educación y salud, que en mi administración 2000-2004, recibieron los más altos porcentajes del presupuesto hasta el día de hoy.

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HIPOLITO también dijo:

Hablé como el candidato de mi partido, el PRD, y como una persona con experiencia en la presidencia de la República, que tiene altísimo interés en subsanar muchos entuertos de la administración actual, que se ha excedido en golpear a la población más desprotegida y más pobre, en afectar a los sectores productivos nacionales, en especial a los productores del campo, en favorecer las importaciones y negar el crédito a los sectores productivos.


Todos los indicadores económicos se han deteriorado. El ahorro interno se desplomó a un 7%, la calidad del gasto ha desmejorado visiblemente, la deuda pública más que se duplicó en los últimos 7 años y el déficit de la cuenta corriente actualmente ronda el 9% del PIB. El crecimiento de estos últimos años ha sido dependiente del endeudamiento interno y externo, y de los altos déficits en todos los frentes de la economía.
Esa incongruencia explica por qué el alto crecimiento del PIB de los últimos 6 años no ha llegado a los estratos sociales de bajos ingresos, ni ha contribuido a la reducción de la pobreza.

Se aprobaron cinco reformas fiscales desde 2005 y los ingresos tributarios anuales han crecido 4 veces más que en el 2004 y casi 5 veces más respecto al 2003. Pero al mismo tiempo y en el mismo periodo, la deuda pública total aumentó de 9 mil 700 millones en el
2004 a 23 mil millones de dólares en el presente, equivalente a un 43% del PIB actual, siempre y cuando el dato del PIB sea el correcto.
Aún así, el exceso de gastos gubernamentales ha provocado que el déficit de los últimos tres años haya superado los 50 mil millones de pesos anuales. Este año no será la excepción, sólo en el mes de septiembre el déficit fue de 11 mil millones de pesos, para un déficit acumulado superior a los 30 mil millones de pesos en los primeros nueve meses del año.

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