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domingo, 29 de enero de 2012

MIGUEL VARGAS: COMPAÑERO EN LA GUERRA, PERO TAMBIEN EN LA PAZ

Por Fernando Peña
Más allá de los grupos, de los compromisos, de las legítimas aspiraciones de sus dirigentes y líderes, lo que está en juego hoy es el papel protagónico, fundamental del PRD en el adecentamiento de nuestra vida democrática, retornar la decencia y la honestidad en las funciones públicas, porque el pueblo ve en el partido blanco la esperanza, la posibilidad de salir de este desorden y corrupción que lo arropa todo.
Independientemente de las diferencias, el pueblo perredeista y todo el pueblo en general, lo que pide es la integración de Miguel Vargas a esas aspiraciones de todos los ciudadanos, que se le vea entusiasmado levantando esa esperanza que es el PRD, hasta hacerla Poder con Don Hipólito Mejía, ese es el sentimiento del pueblo dominicano.
No es solo el papel institucional que como presidente del PRD debe jugar Miguel Vargas en estos momentos cruciales, no. El tiene que salir por los campos, los pueblos, los caminos, junto a sus amigos y seguidores a entusiasmar y garantizar la llegada nueva vez al Poder del partido blanco. No se puede dejar llevar por los rencores o la irracionalidad política. Tiene que tener los pies sobre la tierra, observar cual es su papel real en las actuales circunstancias histórica-política que vive nuestro país.
Miguel Vargas no puede soslayar en estos momentos lo que significa su no integración verdadera al triunfo del PRD, a su vuelta al Poder, independientemente de sus aportes indispensables que él ha hecho para lograr colocar a la organización en los momentos estelares en que se encuentra hoy, debe entender que por sus aportes, entrega y sacrificio él es una pieza clave para romper las barreras que le cierran las puertas al partido blanco. Ese es el gran significado de su integración, que además fortalece su liderazgo a lo interno y externo del PRD.
Miguel, lo queremos, compañeros en la guerra, pero también en la paz.
Quiero seguir pensando que su incorporación a la vida política activa fue y es pensando no solo en el Poder, en sus glorias, sino en el fortalecimiento de nuestra democracia, de nuestra vida republicana, y su convencimiento de que el PRD es el instrumento más genuino para lograr las reivindicaciones sociales, políticas y económicas que aspiran los ciudadanos dominicanos.
Siendo así, todo un pueblo quiere verlo en las calles, caminos, ciudades y campos, tal y como lo hizo en el proceso convencional, luchando noblemente y con lealtad por el triunfo del PRD y de su candidato actual, Don Hipólito Mejía.
Los perredeistas de todas las condiciones sociales se sienten profundamente satisfechos con su trabajo y rescate del PRD, con su liderazgo indiscutible en el partido del siempre recordado líder José Francisco Peña Gómez, pero quieren verlo, en su condición de presidente del PRD, de líder fundamental, defendiendo y caminando el país en defensa de nuestro candidato y de la vuelta al poder del partido, que por su empeño y trabajo,, nueva vez, hoy, es el buey que mas jala…
Su irrenunciable deber, como siempre lo ha hecho, es borrar todo sectarismo o mezquindades que puedan hacer el juego a los adversarios del PRD, que quieren ver en estos momentos quebrada su unidad e institucionalidad.
Usted como líder del PRD, como presidente de la organización, debe producir un reencuentro de principio y acción con el candidato presidencial Don Hipólito Mejía.
Cualquier otra acción que contraríe el ascenso al poder del PRD es inoportuna y lesiva a los grandes intereses nacionales, nadie perdonara acciones que desvíen ese objetivo, que disminuya o diluya la conciencia del pueblo de llevar nueva vez al partido blanco y Don Hipólito Mejía al gobierno, al poder.
El autor es periodista

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