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miércoles, 7 de marzo de 2012

DE NUEVO EL PERSONAJE CHAQUETERO, APROPOSITO DE MIGUEL MARGAS

Por Fernando Peña
En estos días de campaña electoral hay que armarse de paciencia, de una gran coraza que te proteja del espanto, el hastío…el asgo al oír comentarios de personajes, de individuos que desnudan su verdadera condición humana fuera de lealtades.
No entienden que un poquito, un mínimo de ética personal es de absoluta necesidad en todos y cada uno de nosotros si deseamos vivir en sociedad y no en la jungla.
Mire, usted puede estar de acuerdo o no con la actitud de Miguel Vargas en el PRD después de la convención, pero si usted fue su colaborador si usted le sirvió, si el confió en usted para estar en su equipo comunicacional en Santiago, lo menos que usted debe hacer es callarse o respetarlo.
Claro, para eso hay que tener principio y una alta valoración a lo que es lealtad a la amistad y al compromiso.
Dijo este personaje, el chaquetero, en su programa de televisión que a Miguel Vargas hay que sacarlo del PRD porque es “un maldito estúpido”, hoy el dice eso de Miguel, ayer, cuando estaba con él en comunicación de Santiago decía peste, cosas impublicable de Don Hipólito Mejía. Hoy, cosa de la política tropical, es el director de prensa del comando de comunicación de Hipólito en Santiago. Por esa actitud chaquetera, sin principio, sin partido ni ideología es que la gente se aleja de los políticos y partidos.
Moriré clamando, pidiendo, exigiendo la necesidad imprescindible de que la actividad política, de que los políticos, los periodistas, todos los ciudadanos, estén marcado por la transparencia, la verdad y la sinceridad como base de una ética que avale nuestra condición de ser humano que entiende al ciudadano como un igual y no como un servil cliente.
Pero, sobre este personaje, el chaquetero de Santiago, a veces me asalta la comprensión humana, en el entendido de que es difícil despertar las conciencias cuando se hunde las cabezas en el pozo de la irresponsabilidad y deslealtad. Qué pena, ni se ve ni se oye si no hay voluntad de averiguar la realidad que nos circunda.
Le dicen el chaquetero porque chaquetea, o sea, cambia de opinión, de partido, de adhesiones políticas, de lealtades por conveniencia personal, aduladora y servil.
También a este personaje de Santiago se le podría nombrar como se le denomina en el argot político colombiano, con el término de “Lagarto”, con el se trata de calificar a aquellos comportamientos de las personas que andan detrás de los políticos para conseguir sus favores (usualmente un cargo, un nombramiento, una asesoría, una contrata y un dinerito extra mensual), que en su pavoneo ceremonial dejan a su paso.
Este personaje para lograr esas ‘migajas’ del poder que usufructúa el político, hace unas acciones de reverencia, de ‘paje’ o bufón, que hace recordar las figuras feudales y cortesanas y por ello, no sólo puede cargar al maletín del Señor o su abrigo, sino que llega al extremo del servilismo, sin que ello sea para él, indignante; pues está tan seguro de sus logros que no le importa, sino el ascenso social que puede alcanzar.
Apoyemos a Hipólito Mejía, al PRD, unamos voluntades para que llegue al Poder el partido blanco, para ser capaces de salir de esta crisis-estafa que nos tiene el PLD, Leonel y Danilo, pero cuidémonos de los personajes chaqueteros, porque son capaces de todo por su dinero, por sus intereses personales.
El autor es periodista

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