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domingo, 23 de diciembre de 2012

CENA CON LOS CIUDADANOS DEL HOYO DE JULIA

Fernando Pena El político, el funcionario público debe hacer voto de humildad y entrega a los más desposeídos cada día y segundo de su existencia. No es solo que las carencias de su existencia, que la falta de pan del pueblo, en un gesto politiquero se haga gala de regalar una cena o una caja de comida el día de navidad. No. Gilberto Serulle, alcalde de Santiago, es una muestra palpable de trabajo permanente con los más necesitados, en el día a día está con ellos. Trabaja junto a ellos. Se adentra a los lugares más infrahumanos, busca a los hombres y mujeres que parecen excluidos de la ciudad. Y lo rescata, los trata como lo que son, seres humanos con valores, virtudes y defectos. Al ver lo que él hace con esa gente que vive en cañadas como ratas, sin ninguna condición humana, uno se da cuenta que hay lágrimas que es necesario que salgan para que nos llenemos de dignidades. Ahora les ha tocado a los que mal viven en el Hoyo de Julia, décadas viviendo en condiciones inhumana, sobre las materias fecales, el hedor y el miedo, y Gilberto, el alcalde, el político, el hombre les ha construido modernos y modestos apartamentos que le han cambiado la vida. Así se celebra la navidad, así celebra el nacimiento de Jesucristo. Ese Dios hecho hombre, quien vino a la tierra, para redimir a los hombres de los pecados o faltas. La cena que hoy, a las 6 de la tarde, el alcalde Gilberto Serulle, tendrá con los ciudadanos del Hoyo de Julia, en la Iglesia de la Otra Banda, en la entrada del proyecto habitacional Brisas del Yaque, construido para ellos, es un gesto verdadero de amor a su pueblo, porque con su trabajo Gilberto y su equipo de Gobierno Municipal, le devuelve la dignidad, la fe y la esperanza a esas humildes familias excluida de la sociedad.

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