NENEY CABRERA, LA POLITICA Y EL REALITY SCHOW DEL PRD

Por Fernando Pena Con lo de Neney Cabrera, se evidencia, penosamente, de que en el ejercicio partidista de la política no siempre se cumplen sus regulaciones y se entra en el campo de la tergiversación y hasta prostitución de los principios políticos; para ellos, son los intereses subalternos o posiciones creadas los que hacen que “los fines justifiquen los medios” y la política partidista resulta un medio para conseguir objetivos personales que en nada coinciden con los intereses del pueblo. La política partidista debería ser el medio para la práctica de valores con miras a ganar puestos o sitios de servicio en el gobierno de una nación. El ejercicio de la política partidista, alejado de principios y programas, se convierte en politiquería que, mediante la demagogia y el clientelismo burdo usa a su militancia con fines que satisfacen a pocos en detrimento de los intereses de mayorías Salir a sustentar un proyecto presidencial, grupal, sobre la base de regalar toda clase de objetos materiales, carros, zinc, dinero efectivo, pago mensual, es como llamar a los dirigentes y militantes perredeistas a vender su conciencia a cambio de efímeras chucherías y dadivas. Pero deben comprender que la conciencia no se vende, la conciencia reflexiona… La gente sabe, que utilizando la demagogia y la politiquería pretenden agenciarse posiciones de los gobiernos municipales y Central, como medio para satisfacer ambiciones y fines personales o de grupos reducidos que, en proporción con el total de la población, son mínimos apéndices de la sociedad o, peor, resultan pandillas que hacen de los gobiernos y sus instituciones sólo un medio. Son políticos aliados indiscutible de la demagogia y el clientelismo rastrero que en nuestro país, han sido y son causa de la mayor parte de los males que han acentuado esta crisis no sólo económica, sino moral, social y hasta cultural por la que se han descuidado o destruido valores y han dado lugar a que se pierda la conciencia de país y la vocación de servicio. Neney, tratando de pescar en rio revuelto, está ejerciendo la política con demagogia y como medio para causar daño, no acorde con ningún valor, contraria a los más elementales principios de respeto y consideración. Su miopía política no le permite ver que los tiempos han cambiado. Que estamos en un momento histórico para la humanidad, porque no se necesita ser enviado de Dios para conducir a un pueblo. Tampoco ser el heredero de un linaje en particular, o tener título nobiliario alguno. Ni siquiera ser millonario para comprar el poder. Ahora señor Neney, desde que el pueblo tuvo acceso a la información, dejó de depender de la clase política que la controlaba para obligarlo a ceder su representatividad. Ahora podemos decir estas cosas, difundirla para que todo un pueblo la sepa. Ahora la responsabilidad del líder parte del entendimiento de lo que quiere su pueblo y la honestidad para lograrlo. Sepas Neney que el requisito para ser Presidente es la lealtad con los intereses de su pueblo. Antes, se llegaba al Gobierno por el padrinazgo de las fuentes del poder que eran principalmente el dinero, las armas y el conocimiento. Monopolizar alguna de esas fuentes de poder era el mecanismo para mantenerse o rotarse en el poder, ahora, en el presente la liberación del conocimiento le ha dado al pueblo un poder inusitado que asusta. Es por eso que ahora, en Sudamérica, hombres y mujeres sin dobleces, poses, ni falsas grandezas conducen a sus naciones por profundos procesos de cambio, derrumbando viejas estructuras colonialistas que tanto sojuzgaron a sus pueblos. Por ello, desde aquí hago escuchar mi voz de protesta por lo que usted intenta hacer en el PRD, y usted lo hace tan descaradamente, que es una afrenta a la memoria histórica de Pena Gómez y los que dieron sus vida por un ejercicio político decente, de conciencia y en alguna medida ético. Es un ejercicio político que degrada y espanta de las proximidades partidarias a los jóvenes, a los hombres y mujeres decente del país. Este REALITY SCHOW DEL PRD hay que pararlo… El autor es periodista Fernandop25_@hotmail.com