Por Fernando Peña
El presidente de República Dominicana, Danilo Medina, es uno de los líderes de América que obtiene calificación sobresaliente de sus conciudadanos, según todas las encuestas que se realizan incluyendo la firma mexicana Consulta Mitofsky.
La gestión de gobierno del Lic. Danilo Medina, su desempeño lo coloca como uno de los políticos de más alto prestigio de la sociedad dominicana.
Esa valoración a nivel nacional e internacional no es casual, su estilo de gobernar, su acercamiento a la gente, sus medidas de corte popular, el quitarse el traje soberbio que disfraza a los que ostentan el Poder y sentarse junto al pueblo en un pedazo de manera, en una silla de guano, escuchar sus penurias, sus necesidades y reclamos, buscarle solución, han hecho la gran diferencia, porque coloca a la gente en el centro de la consigna de “Primero la Gente”.
Él le ha devuelta la confianza a la gente, a los diferentes sectores nacionales. Un presidente que dice las verdades sin medias tintas.
La aceptación y popularidad de Danilo Medina no es casual, la familia dominicana apoyo su gobierno al ver cómo ha transformado la manera de ejercer la autoridad, un presidente humildad, sencillo y eficiencia en el manejo del Estado, llevando recursos y soluciones a los medianos y pequeños productores del campo y la ciudad.
Con Danilo Medina nos hemos adentramos a una condición de coalición social y política y de gobierno compartido, los efectos positivos a nuestra democracia que se derivan de esa concepción de coalición, de pactos se harán sentir largamente en la historia y en la cultura políticas dominica.
Lo primero que observamos es que este momento, esta época de concertación y pactos ha traído el desmonte de esa cultura política dominicana de la lógica de la guerra, la confrontación a muerte y que concibe la confrontación en términos de amigo/enemigo y produce acciones para eliminar al disidente, antes que la lógica de la política, para la cual es necesario construir una arena donde puedan dirimirse los conflictos sin apelar al aniquilamiento del otro. Y este elemento es esenciar para el desarrollo y progreso de nuestro país.
A Danilo Medina se le ve trabajando en la parte social y económica de la gente y los sectores medio y de abajo, y mientras él trabaja con esos sectores resentidos, vemos a sectores de clase media y políticos que han estado en el poder y casi en todos los gobiernos, reclamando democracia política, pero no se le nota, no se le ve interés en la democracia social; su único objetivo es hacer oposición política de obstrucción, en un intento vano por debilitar la propia democracia política.
Ese trabajo con la gente, con todo el apoyo que tiene de partidos y sociedad, debe el presidente Danilo Medina aprovecharlo para profundizar la democracia en la transparencia, contra la corrupción.
Los peledeistas, los aliados, y a la cabeza debe estar el PRD, deben aupar, incentivar al presidente Danilo Medina para tomar decisiones trascendentales, acumular la mayor fuerza democrática para producir algunos cambios estructurales por la vía de reforma.
Los años de la transición democrática en República Dominicana han durado mucho, demasiado. Necesitamos que, con esa aceptación, esa popularidad que por sus ejecutorias usted tiene Presidente, Danilo Medina, desmontemos la permanencia y el despliegue de viejos y estructurales componentes y prácticas de la cultura política dominicana, reflejado en el caudillismo, clientelismo, etc., no es una tarea de hoy para mañana, lo sabemos, pero hay que legislar para ello, hacer las reformas pendientes que nos conduzca hacia esa meta.
Firme, presidente Danilo, usted tiene el apoyo del pueblo, y debe seguir aumentando sus bases de sustentación, aumentando sus políticas hacia el sector marginal, hacia el pueblo.
Más allá de lo político y lo económico, el período registra cambios significativos. La Generación que nos ha gobernado no ha sido perdida. Sus propuestas han sido asumidas por los intelectuales, académicos, periodistas, empresarios, políticos. ¡Firme, Presidente!
El autor es periodista
Por Fernando Peña
El presidente de República Dominicana, Danilo Medina, es uno de los líderes de América que obtiene calificación sobresaliente de sus conciudadanos, según todas las encuestas que se realizan incluyendo la firma mexicana Consulta Mitofsky.
La gestión de gobierno del Lic. Danilo Medina, su desempeño lo coloca como uno de los políticos de más alto prestigio de la sociedad dominicana.
Esa valoración a nivel nacional e internacional no es casual, su estilo de gobernar, su acercamiento a la gente, sus medidas de corte popular, el quitarse el traje soberbio que disfraza a los que ostentan el Poder y sentarse junto al pueblo en un pedazo de manera, en una silla de guano, escuchar sus penurias, sus necesidades y reclamos, buscarle solución, han hecho la gran diferencia, porque coloca a la gente en el centro de la consigna de “Primero la Gente”.
Él le ha devuelta la confianza a la gente, a los diferentes sectores nacionales. Un presidente que dice las verdades sin medias tintas.
La aceptación y popularidad de Danilo Medina no es casual, la familia dominicana apoyo su gobierno al ver cómo ha transformado la manera de ejercer la autoridad, un presidente humildad, sencillo y eficiencia en el manejo del Estado, llevando recursos y soluciones a los medianos y pequeños productores del campo y la ciudad.
Con Danilo Medina nos hemos adentramos a una condición de coalición social y política y de gobierno compartido, los efectos positivos a nuestra democracia que se derivan de esa concepción de coalición, de pactos se harán sentir largamente en la historia y en la cultura políticas dominica.
Lo primero que observamos es que este momento, esta época de concertación y pactos ha traído el desmonte de esa cultura política dominicana de la lógica de la guerra, la confrontación a muerte y que concibe la confrontación en términos de amigo/enemigo y produce acciones para eliminar al disidente, antes que la lógica de la política, para la cual es necesario construir una arena donde puedan dirimirse los conflictos sin apelar al aniquilamiento del otro. Y este elemento es esenciar para el desarrollo y progreso de nuestro país.
A Danilo Medina se le ve trabajando en la parte social y económica de la gente y los sectores medio y de abajo, y mientras él trabaja con esos sectores resentidos, vemos a sectores de clase media y políticos que han estado en el poder y casi en todos los gobiernos, reclamando democracia política, pero no se le nota, no se le ve interés en la democracia social; su único objetivo es hacer oposición política de obstrucción, en un intento vano por debilitar la propia democracia política.
Ese trabajo con la gente, con todo el apoyo que tiene de partidos y sociedad, debe el presidente Danilo Medina aprovecharlo para profundizar la democracia en la transparencia, contra la corrupción.
Los peledeistas, los aliados, y a la cabeza debe estar el PRD, deben aupar, incentivar al presidente Danilo Medina para tomar decisiones trascendentales, acumular la mayor fuerza democrática para producir algunos cambios estructurales por la vía de reforma.
Los años de la transición democrática en República Dominicana han durado mucho, demasiado. Necesitamos que, con esa aceptación, esa popularidad que por sus ejecutorias usted tiene Presidente, Danilo Medina, desmontemos la permanencia y el despliegue de viejos y estructurales componentes y prácticas de la cultura política dominicana, reflejado en el caudillismo, clientelismo, etc., no es una tarea de hoy para mañana, lo sabemos, pero hay que legislar para ello, hacer las reformas pendientes que nos conduzca hacia esa meta.
Firme, presidente Danilo, usted tiene el apoyo del pueblo, y debe seguir aumentando sus bases de sustentación, aumentando sus políticas hacia el sector marginal, hacia el pueblo.
Más allá de lo político y lo económico, el período registra cambios significativos. La Generación que nos ha gobernado no ha sido perdida. Sus propuestas han sido asumidas por los intelectuales, académicos, periodistas, empresarios, políticos. ¡Firme, Presidente!
El autor es periodista
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