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domingo, 18 de julio de 2010

POLICIA DE NUEVA YORK TAMBIEN CORRUPTA, ABUSIVA Y VIOLADORA DE DERECHOS





Por Gervasio Morales Rodríguez

La información fue obtenida de datos internos que el NYPD entregó a investigadores de la Universidad de Michigan.

El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés), el famoso, más antiguo y más grande cuerpo policiaco de Estados Unidos, se ha ganado también la fama de ser un ente muy corrupto, abusivo y violador de derechos civiles de los ciudadanos de esa ciudad.

Cunde la corrupción
Tan reciente como marzo de este año, se hicieron públicos 16 años de informes del NYPD de las actividades de corrupción policiaca del Buró de Asuntos Internos (IAB) del departamento. Los informes, obtenidos por la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU) a través de una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información, consistían de los informes anuales de 1993 a 2008 del IAB –que tiene como misión perseguir los actos de corrupción y conducta ilegal de los miembros de la fuerza.

De esos informes sobresale que:
• Entre 1994 y 2006, las confidencias recibidas por el IAB de sospecha de corrupción policiaca y conducta errada o ilegal, más que se triplicaron, de 14,789 a 44,994. Sin embargo, durante ese mismo periodo, el número de investigaciones serias de mala conducta del IAB se redujeron de 2,258 a 1,057. Mientras que en 1994 el IAB investigaba cerca de 15 por ciento de las confidencias, esa cifra bajó a sólo 2.3 por ciento para 2006.

• Las investigaciones del uso excesivo de fuerza durante arrestos se ha convertido en uno de los casos más típicos para el IAB en años recientes. En 1993, ese tipo de caso representaba menos del 1 por ciento de todas las investigaciones serias del IAB. Para el 2007, cerca de 20 por ciento de todas las investigaciones del IAB era sobre el uso excesivo de fuerza.

Con el correr del tiempo, los informes anuales del IAB son menos informativos, se les ha ido eliminando información crítica. Por ejemplo, los informes originales incluían información sobre el resultado de las investigaciones, el rango de los oficiales investigados, el número de investigaciones en cada precinto, el número de policías arrestados como resultado de las investigaciones y el número de pruebas de drogas e integridad realizadas cada año. Toda esta información ha sido removida de los informes.

El informe de 1993 consistía de 81 páginas mecanografiadas con abundantes estadísticas, el de 2006 tiene 99 páginas con fotografías atractivas pero muy pocos específicas, mientras que los de 2007 y 2008 consisten de escuetos resúmenes de unas 15 páginas cada uno. Pero año tras año, se señala, los informes contienen ejemplos irrefutables de personas que han jurado sostener la ley pero terminan violándola.

Según el periódico New York Post, en una nota de octubre de 2007, el número de policías del NYPD que están usando drogas, robando propiedades –aun de muertos– y cometiendo otros actos de corrupción, incluyendo extorsionar servicios sexuales de féminas sospechosas, aumentó agudamente en el 2006, de acuerdo a un informe confidencial del propio departamento.

Las historias incluyen casos de policías que no sólo traicionan sus placas, pero también a sus hermanos y hermanas de azul.

Según el Post, el informe de 2006 del IAB, respecto al 2005, reveló que: Los arrestos de policías aumentaron 25 por ciento; el número de policías que están usando drogas aumentó 138 por ciento; las alegaciones de fraude incluyendo seguros, tarjetas de crédito y estafas de beneficencia (welfare) aumentó 85 por ciento; y el número de policías a los que se les quitó su arma y placa creció 55 por ciento.

Un reportaje del New York Times sobre este particular, de principios del 2010, arrojó que según esos mismos informes del IAB de 1992 a 2008, cerca de 2,000 oficiales del NYPD fueron arrestados, un promedio de 119 cada año.

La mayoría de las investigaciones del IAB involucraban drogas, hurto, y crímenes como fraude, soborno y ofensas sexuales, en y fuera de horas laborales. Las investigaciones por estas ofensas, se indicó, se han reducido dramáticamente en años recientes, pero los casos relacionados con el abuso de sospechosos ha aumentado en igual proporción.

El director legal asociado de NYCLU, Christopher T. Dunn, le indicó al Times que “Estos informes retratan un Departamento que en la mitad de la década de los 90, era abierto sobre su trabajo anticorrupción. Los informes recientes, en contraste, revelan casi nada, señalando un NYPD que parece no dispuesto a confrontar la corrupción”.

En los informes, los casos de corrupción son divididos en más de una docena de categorías, desde violación de reglamentaciones departamentales hasta crímenes serios. En cada uno de los 16 años, entre dos terceras a tres cuartas partes de las ofensas incluían narcóticos, hurto y otros crímenes, como fraude, asalto, guiar en estado de embriaguez y violencia doméstica.

Aunque los informes señalan que las ofensas asociadas con drogas se redujeron dramáticamente de 1993 a 2008, aquellas en las que los oficiales fueron acusados de herir o asaltar a sospechosos o de hacer arrestos falsos, se dispararon de 10 en 1993 a más en 180 en el 2006 y 2007, según el NYT.

El uso excesivo de fuerza

En junio de 2008 el rotativo neoyorquino Daily News, reportó que en el 2006, –el único año para el cual tenía estadísticas disponibles– cerca del 20% de las detenciones hechas por la policía de Nueva York involucró el “uso de fuerza”. El análisis reveló que desde una sencilla restricción, lanzarlos al piso, o contra una pared o apuntarles con un arma, uno de cada cinco neoyorquinos (102,000 de más de medio millón de detenciones policiacas) han enfrentado algún tipo de uso de fuerza policiaca. La Policía, según el Daiy News, se negó a entregar la información relativa al uso de fuerza en años anteriores y posteriores al 2006.

La información fue obtenida de datos internos que el NYPD entregó a investigadores de la Universidad de Michigan. Hasta entonces, el NYPD había hecho pública solamente limitada información de por qué, dónde y cómo sus oficiales detienen e interrogan ciudadanos sospechosos de actividades ilegales. Los detalles del uso de fuerza policiaca nunca han sido hechos públicos, según el diario neoyorquino.

En aquel entonces, la directora ejecutiva de NYCLU, Donna Lieberman, había expresado que “Esos datos confirman nuestros peores temores. El NYPD está deteniendo, interrogando y registrando cientos de miles de neoyorquinos inocentes”. Sus palabras seguirían siendo válidas tres años más tarde.

Por otro lado, el NYCLU radicó en noviembre de 2009 una demanda en los tribunales estatales cuestionando la negativa del Departamento de revelar los hechos relacionados con incidentes individuales de tiroteos policiacos.

El NYCLU comenzó a reclamar ese tipo de información –el informe que se genera 24 horas después de un incidente en que los policías disparan sus armas a civiles; y uno más detallado que se completa 90 días después– después de que oficiales de la Policía mataran a un ciudadano desarmado, Sean Bell, en noviembre de 2006. Aunque la Policía produjo el informe estadístico anual, le negó al NYCLU los datos relativos a raza. En 1998 la Policía dejó de incluir la información sobre raza en sus informes sobre tiroteos después de que cuatro policías del NYPD dispararon y mataron al ciudadano desarmado e inmigrante de Guinea, Amadou Diallo, de 23 años de edad. Los informes de 1996 y 1997 demostraban que 90 por ciento de las víctimas de disparos por policías durante esos dos años era negros o latinos.

Pero en mayo de 2008, el NYCLU hizo público un análisis de incidentes de tiroteos de la Policía, basado en documentos donde el cuerpo había eliminado la información sobre raza. Se reveló que en el 77 por ciento de los incidentes donde oficiales de la Policía le dispararon a civiles entre 1999 y 2006, los policías eran los únicos que dispararon y en muchas ocasiones a civiles desarmados. Además, en el 2006 los oficiales de la Policía dispararon un promedio de cinco tiros por incidente cuando eran los únicos que estaban disparando, que es el número más alto para todos los ocho años para los cuales se reportaron estas estadísticas.

En junio de 2008, la Corporación RAND divulgó un estudio comisionado por el NYPD después del incidente de tiroteo de Bell, sobre las prácticas de disparos del Departamento. Basado en la misma información que el NYPD se niega a hacer pública. El estudió descubrió muchas instancias en que policías pueden haber disparado innecesariamente a civiles. Concluyó que el NYPD no escudriña adecuadamente sus prácticas de uso de armas de fuego.

En diciembre de 2009, un juez de la Corte Suprema de Nueva York ordenó al NYPD que entregara a la Unión de Libertades Civiles de Nueva York los datos relativos a raza de todas las personas que fueron heridas por disparos de policías entre 1997 y 2006. “Esta decisión de la corte hace claro que el NYPD no tiene razón para ocultar esta información, que es necesaria para conducir un estudio completo del rol que juega la raza en los tiroteos policíacos, dijo Christopher Dunn, de la NYCLU y principal abogado en el caso. “Es una victoria para el principio de gobierno abierto y rendición de cuentas al público”.

Por otro lado, la NYCLU, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el bufete Dorsey & Whitney, también entablaron en enero de 2010 una demanda por “la repetida violación de los derechos civiles de estudiantes a través de arrestos y el uso excesivo de fuerza”, de personal del NYPD asignado a las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York.

Récord de detenciones y registros
En el 2009, la Policía de Nueva York detuvo e interrogó a por lo menos 505,000 neoyorquinos absolutamente inocentes, el mayor número desde que el departamento comenzó a acumular los datos de su controversial programa de detención y registro (“stop-and-frisk”). Esos números representaban un aumento de casi diez por ciento respecto al año 2008.

Según se reveló, casi 9 de cada 10 personas detenidas e interrogadas por la Policía no fueron arrestadas ni citadas. Y de ellas, el 90 por ciento eran negros o latinos.
“Sólo el año pasado, el NYPD ha detenido suficientes neoyorquinos inocentes para llenar el Yankee Stadium nueve veces”, dijo la dirigente de derechos civiles Lieberman. “Es un apabullante abuso de poder. No es un crimen caminar por una calle de la ciudad de Nueva York, pero todos los días neoyorquinos negros y latinos son convertidos en sospechosos por hacer sólo eso”.

En los pasados ocho años, la Policía de Nueva York, ha hecho casi tres millones de detenciones callejeras.

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