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sábado, 10 de septiembre de 2011

EL DESAFIO DOMINICANO



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Fernando Peña
“Política es tener una idea clara de lo que se debe hacer desde el Estado en una nación”. José Ortega y Gasset
Bajo el titulo “El Desafío Dominicano” saldrá en unos días a la venta mi libro que trata sobre el candidato presidencial Don Hipólito Mejía y las mentiras de Leonel, es de honor que donde me han abierto la ventana de expresión, donde me permiten mi atalaya de desahogo de a conocer de forma exclusiva algunos capítulos del mismo. Veamos:
Hipólito Mejía el hombre, el político, el padre de familia ha tenido una consistencia y una coherencia asombra, su vida pública ha estado desarrollada por siempre al campo, a la agricultura, a la política, desde ahí le ha servido a su pueblo, a su partido, una veces como empresario, otra como funcionario público y, otra, la más fructífera, la que ha dejado encantado a su país, la de presidente de la Republica.
Existe la conciencia en la mayoría de dominicanos que con Hipólito Mejía la transformación que requiere el país habrá de producirse, en lo educativo, económico, educacional, social, espiritual, rural, etc. Pero los dominicanos tenemos un gran desafío, un gran reto, los hombres y mujeres que amamos esta tierra tenemos que aferrarnos a nuestra conciencia, a nuestra dignidad humana, de ciudadano honesto, blindarnos para que el oro corruptor del Poder no nos doblegue, principalmente la clientela electoral, que son los más pobres, que son los más, los menesterosos dependientes de la dadivas oficiales, he ahí donde está el grueso abrumador de votantes y, por lo tanto, el segmento privilegiado de toda seducción.
Se debate la Republica entre Hipólito Mejía que es dignidad, honestidad, vergüenza, solidaridad, visión, experiencia y determinación de enfrentar con éxito los retos del presente inmediato y los del inexorable futuro, o seguir la continuidad de este gobierno autocrático, de la corrupción la criminalidad, el hambre, la falta de educación y el clientelismo burdo con los dinero del Estado que representa Leonel Fernández, el PLD y su gobierno, y que ahora quiere continuar todo este desorden con Danilo Medina. Ese es el verdadero dilema en que se debate la Republica, corrupción u honestidad, partido único o democracia.
No es posible seguir con esta perversa distorsión del papel del Estado, del gobierno e incluso de la política que ha instituido Leonel Fernández y el PLD. Ahora utilizando los recursos del erario público, comprando dirigentes de oposición, utilizando todos los poderes del Gobierno, quieren presentarnos a Danilo Medina como el mejor dotado, pero mentira, es más de lo mismo, es seguir con la masificación de la corrupción, del robo, del crimen, de las drogas, del hambre de que somos víctimas los dominicanos.
Leonel Fernández y el PLD nos han situado en un estado cerca al de nuestro vecino Haití. Culturalmente nos hemos hatianizado.
Ahora la brecha entre ricos y pobres está más acentuada, la clase media desaparecida. La brecha entre los máximos ingresos de quienes usufructúan del Poder, especialmente contratistas, funcionarios, generales, políticos afectos al gobierno, y quienes reciben la limosna de la migaja que denigrantemente suele repartir, esta del cielo a la tierra.
Es la hora del cambio, elevemos nuestra conciencia, ese es el gran desafío de los dominicanos que amamos esta tierra, unamos alrededor de Hipólito Mejía, el cambio solo es posible si los líderes comunitarios, sociales, religiosos, sindicales, culturales, empresariales y el pueblo en su conjunto asumen con ardor, claridad y determinación el plan de desarrollo que aplicara desde la presidencia Hipólito Mejía.
El desafío dominicano está planteado…o no resistimos a la dadiva, al dame lo mío, o votamos todos por Hipólito Mejía para hacer las transformaciones que requiere el país o seguimos con este esquema de gobierno de hacer política del PLD y Leonel Fernandez donde no hay planeamiento económico y si los hay se engavetan y se trabaja al capricho del príncipe, del gobernante en sus afanes continuista, buscando en cada contrata alguna ventaja económica y política, mientras el país aparenta un crecimiento que solo nutre a sus funcionarios y acólitos peledeistas, y las estructuras de la economía se debilitan porque no se invierte en obras reproductivas, no se invierte en la gente.
En este gobierno de Leonel Fernández y el PLD con los dineros del Estado se hace política para intentar perpetuarse en el Poder, aquí se ha llegado a un grado tal de descomposición que no se sabe lo que es del incumbente del Poder(Leonel Fernández, PLD), al igual que los Cesares romanos, o como Luis XIV cuando asumió todos los poderes, tanto los de la monarquía como los que tuvo en sus manos Richelieu o Mazarino, donde se confundió lo que era del Estado con lo que era del gobernante, corrompiendo las funciones públicas. Y el poder ejercido así conduce a un solo camino: LA CORRUPCION. O en el peor de los casos hacia un descalabro institucional.
El desafío es cambiar este estado de cosa, esta prostitución de la vida política, donde la gente decente teme aproximarse a las vecindades de los partidos, del Estado.
Con Hipólito Mejía, con su experiencia y sapiencia prevalecerá, a cualquier precio, la honestidad, la honestidad política y la eficiencia en del sistema democrático.
Con Hipólito Mejía quedara atrás el pestilente olor de la desvergüenza nacional que ha instituido en la vida pública nacional el presidente Leonel Fernández y el PLD.
He ahí el reto del PRD de Hipólito Mejía, barrer, limpiar en toda la administración pública y en todo cuanto dependa del Estado, el peculado, el tráfico de influencia, la corrupción, el tráfico de droga, el robo que estos comesolos han aposentado en la vida pública nacional.
Unidos todos para desterrar del Poder a los que tienen como conducta la imitación de los personajes de la historia que usan el talento para corromper y a quienes el genio del Libertador Simón Bolívar marco con esta sentencia lapidaria: “El talento sin probidad es un azote”.

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